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El año 2020 fue duro, muy duro, para el sector del turismo canario, especialmente el tinerfeño que como el grancanario y el lanzaroteño aglutinan a la mayor parte de visitantes que reciben las islas. De repente, en un corto espacio de tiempo, nos quedamos sin turistas y nuestra economía prácticamente se paralizó. Ese momento ha pasado factura a toda la infraestructura turística del archipiélago y algunas empresas, lamentablemente, no han sobrevivido a este golpe tan duro.

Sin embargo, en Jovencasa sabemos que los momentos de crisis son momentos de oportunidad y de cambio. Y en 2020 tomamos una decisión, no era momento para frenar ni para recoger velas. Era momento para acelerar y prepararnos aún más para los nuevos desafíos.

Emprendimos un proceso de cambios en la gestión de la empresa incorporando las certificaciones 9001 que afectan a nuestro propio funcionamiento y cultura como empresa, la 22000 que incide directamente en la mejora de nuestros procesos de seguridad alimentaria y la 14001 que mejora nuestro compromiso con el respeto y el cuidado medioambiental en función del impacto de nuestra actividad.

A esto añadimos nuevos acuerdos con proveedores; nuevas formas de relacionarnos con nuestros clientes, actuales, pasados y futuros; actualización tecnológica en la gestión y en los procesos vinculados a la carne; actualización y mejora de la cualificación y formación del equipo humano. Y ahora, coronando todo este proceso de cambios, la actualización de nuestra marca corporativa.

Evolución de nuestra imagen corporativa.

Nuestra imagen original estaba representada por un isotipo que representaba un corte de carne acompañado de nuestro nombre, «Jovencasa», en colores rojo y negro, creado en 1989, con un tipo de letra clásico a medio camino entre la Garamond y la Trajan que evoca a los viejos carteles de tabernas medievales, rodeando el isotipo un cuadrado que remata en un subrayado bajo nuestro nombre de marca. Mientras que usábamos el rojo y el negro de manera intensa en el nombre y el lema (claro y directo, «importación y distribución»), empleábamos naranjas y amarillos para el isotipo y la línea que enmarca y une todo el logotipo. Hasta 2020 empleamos este conjunto como eje central de nuestra imagen de marca, centrado en la tradición y el conocimiento experto de años en el mercado como líderes en la distribución de carnes.

El nuevo logotipo se centra en las iniciales de nuestro nombre, «Jovencasa«, que sustituyen al isotipo anterior, manteniendo el lema inferior que sigue siendo claro y directo, describiendo de manera certera lo que hacemos: «importación y distribución». Bajo nuestras iniciales, nuestro nombre. Todo ello centrados ya solo en dos colores: el negro y el rojo puros. Ambos, colores asociados a la carne, las brasas y la tradición. También cambia la tipografía, moderna, actual, joven pero con cierto recordatorio e inspirada en la tradición.

  • El negro representa poder, valentía, elegancia y sobriedad, es una memoria a lo que hemos sido y una promesa de lo que seguiremos siendo.
  • El rojo es un color atractivo, asociado al fuego, el hogar, el calor y lo familiar. Implica fuerza y atracción, a la vez que confianza, y en nuestra tonalidad dominante, más oscura, añade un toque de elegancia.

Ambos colores constituyen una promesa de compromiso con la atención y el servicio hacia nuestros clientes que necesitan a proveedores implicados, serios, que priorizan las necesidades y demandas de sus clientes.

Tal es nuestro mensaje, actual y futuro, sin olvidarnos y apoyándonos siempre en nuestra larga tradición vinculada al mundo de la carne y el turismo.

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